lunes, 31 de octubre de 2016

EL SUEÑO DE LA LETRA Ginette Barrantes. (*)Departamento de Psicoanálisis | Universidad de Antioquia





Freud escribe sus propios sueños, ensaya en ellos la solución. El sueño del 24/7/1895, de Irma, se convierte en el sueno paradigmático del pasaje de un Freud médico al Freud analista que deberá abordar el síntoma como una letra y no a través de un medicamento. El psicoanálisis devendrá entonces como uno de los descubrimientos más importantes de este siglo XX. ¿Cuál es la operación de lectura del sueño? ¿Por qué Freud lee en la garganta de Irma las letras de una fórmula química?. Letras de una solución del pasaje del análisis químico al método del psicoanálisis.
En su afán de hacer de los sueños una ciencia, su prosa se convierte en tiranía estética. Freud admite que las frases "...ufanas de signos indirectos y que miran de soslayo a los pensamientos, han inferido una grave afrenta a un ideal dentro de mí "(2) . Su escritura se debate entre un afán científico de precisión y las metáforas literarias que se deslizan en su interpretación.
El sueño de la letra como posibilidad de lectura de mi propio sueño, pero también como la empresa que Freud emprende desde sus sueños, me llevó a leer el sueño nombrado por Freud como "el sueño de la monografía", en el que describe uno de los recuerdos infantiles: un gran libro de ilustraciones coloreadas, regalo de su padre, Jacob, quien permitiría la destrucción del libro en las manos inquietas de un niño, que, al devenir lector, deberá destruir tanto el libro como al padre. La construcción y destrucción del libro se impuso, entonces, como la reminiscencia infantil de un descifrador de sueños.
Freud provee un método para la interpretación de los sueños; es decir, proporciona las condiciones para su lectura o desciframiento. Se distancia de la Onirocrítica, de Artemidoro Daldiano (Siglo IV), y de la literatura científica revisada que relegaba al sueño a una mera experiencia somática. Para Freud, la fabricación del sueño es un trabajo, un texto elaborado a partir de la represión y de la censura onírica. No hay allí texto original, pero sin el sueño, no hay posibilidad de que el soñador pueda elaborar un relato desde el cual pueda abordarse la lectura del sueño. El relato del sueño en el análisis, constituye precisamente, la escena donde debe llevarse a cabo la lectura.
Después de Freud el sueño no será más un regalo divino, un  envío de los dioses. Sus imágenes oníricas no son simples dibujos figurados, o imágenes visuales de los objetos del mundo. El sueño no es una pictografía sino una escritura, un baile de "representaciones" que han burlado la represión.
En el análisis, el relato del sueño deviene un texto a leer; pero se presenta en fragmentos, en retazos que durante la vigilia son sometidos a una nueva censura. Freud recomienda tomar esos fragmentos como frases, y sobre ellas el soñador debe asociar libremente. Lo "soñado" se convierte en trampa de olvido, pues lo que se construye a partir del relato nunca será lo "originalmente soñado". Surge así una lectura que intenta reconstruir lo acontecido, pero nunca podrá reproducirlo excepto como un texto hablado: el analista leerá la letra en lo que oye.
Las imágenes visuales se transcriben en palabras, ingresando, así, en la red del discurso: se escucha un relato pleno de unidad y de sentido. El soñador habrá traducido su propio sueño y lo trae a la escena del análisis para abordar allí su lectura. La estética fugaz de las imágenes cautiva puede distraernos, pues la memoria vigil recompone y da pleno sentido a lo que no son más que imágenes oníricas.
¿Cómo descifrar este relato hablado del sueño?. Encontré dos vías muy fecundas: una de ellas es la vía de Freud de leer el sueño como un rebús y como una escritura Antigua, la otra, que no estoy en condiciones de abordar todavía, es la letra del inconsciente y su relación la escritura en la dirección de la cura. La letra se convierte para Freud en la vía de una materialidad para ingresar al teatro de imágenes, la materialidad de los sueños, pues ellos, no pueden medirse, tocarse o reproducirse experimentalmente. Lo soñado deviene, para Freud, en la metáfora de un "polvo de nube", algo efímero que resiste la medición y la reproducción. La observación directa es, entonces, el primer escollo para construir una ciencia de los sueños. Las imágenes se desvanecen como el "resplandor de una estrella frente al sol". Este polvo difuminado no puede capturarse desde una lógica de la repetición ni desde una mirada directa. Por ello, es preciso recurrir al relato del sueño por el soñante.

EL DESCIFRADO DEL SUEÑO
Decíamos que Freud parte de que el sueño era interpretable. El problema del sentido del sueño cobra plena vigencia en la revisión de la literatura de la época. Encuentra allí dos métodos: uno, la interpretación simbólica, que consiste en sustituir todo contenido onírico por otro y, dos, el método del descifrado, que trata al sueño como una suerte de escritura cifrada, en la que cada signo ha de traducirse, con base a una clave fija, en otro significado conocido. Este método es también conocido como la Onirocrítica.
Freud desecha estos métodos por considerar que la interpretación simbólica tenía una aplicación restringida, y que el método de descifrado confiaba en una clave, de la cual no se tenía garantía. Freud, además, realiza dos críticas importantes: el sueño no puede ser tomado en su conjunto, y, debe tomar en cuenta al soñador. Así nos lo dice en una nota agregada en 1924: "...la técnica que expongo en lo que sigue se aparta de la de los antiguos en un punto esencial, a saber, que difiere del propio soñante el trabajo de interpretación"(3). Freud sostiene que el sueño posee un significado y que es posible adoptar el método psicoanalítico para acceder a él.
Sus pacientes, le conducirán a ese método, nos dice: "... me contaron sus sueños y así me enseñaron que un sueño puede insertarse en el encadenamiento psíquico que ha de perseguirse retrocediendo en el recuerdo a partir de una idea patológica"(4). Le aplicará al sueño el mismo método de lectura que al síntoma. Su método se aproxima más al del descifrado: tomará al sueño como un conglomerado de formaciones psíquicas y opera en él a partir de las ocurrencias del soñador. Las imágenes se descomponen en un relato a partir del cual se descifra lo que el trabajo del sueño ha cifrado.. Es en este momento que el sueñorecobra una coherencia, pues el relato le provee una conexión lógica que el sueño mismo carece.
En la conferencia de 1925, Freud se pregunta sobre la traducción del sueño, enfatiza, en esa conferencia, que interpretar no es un acto asilado sino una pieza fundamental del trabajo analítico que requiere eliminar las resistencias. En una conferencia anterior, en 1923, "Observaciones sobre la teoría y la interpretación de los sueños", ya Freud se interrogaba sobre algunos aspectos de la técnica de interpretación, con relación a las  traducciones simbólicas que realiza el soñador y obre el lugar asignado al soñador, nos dice que no se han dejado de cometer errores, errores que hoy nos revelan posiciones disímiles también en cuanto al lugar asignado al analista, textualmente dice: "Tengo la impresión de que la práctica analítica no siempre ha evitado en esto errores y sobrestimaciones, en parte, sin duda, por un desmedido respeto hacia "lo inconsciente misterioso". Con demasiada frecuencia se olvida que las más de las veces un sueño no es sino un pensamiento como cualquier otro, posibilitado por la relajación de la censura y el refuerzo inconsciente, y desfigurado por la intervención de la censura y la elaboración inconsciente"(5)
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DEL REBÚS HACIA LA LETRA.
La concepción misma del inconsciente está en la base de la lectura analítica: el inconsciente, como algo oculto o sustancial, cuya profundidad es necesario iluminar, puede convertirse en el pretexto de una traducción avasalladora. En la clínica se tratará de lo que el analista puede descifrar mientras el analizante habla. ¿Cómo leer ese discurso? Si nos quedamos meramente con las palabras no podemos leer allí la letra. Me parece que este ha sido el señalamiento de Lacan en El seminario 20, sobre la función del escrito. Lacan al definir la letra como real, nos abre la perspectiva de pensar esos dichos de la clínica más allá de los significantes: la letra no es una mera representación gráfica de un sonido o palabra, es el soporte material del lenguaje. En "La instancia de la letra en el inconsciente", Lacan la define como: "...ese soporte material que el discurso concreto toma del lenguaje"(6). Freud descifra en "La interpretación de los sueños", la imagen onírica no como una pictografía o rebús, sino como una escritura jeroglífica. Freud deletrea el sueño superando el problema de la pintura de imágenes. Tomemos una de las citas más frecuentes de Freud:
" El contenido del sueño nos es dado, por así decir, en una pictografía, cada uno de cuyos signos ha de trasferirse al lenguaje de los pensamientos del sueño. Equivocaríamos manifiestamente el camino si quisiésemos que leer esos signos según su valor figural en lugar de hacerlo según su referencia signante".(7)
Más adelante, en el mismo texto agrega que se cometió el error de leer la pictografía como una mera composición pictórica. En El trazo de la letra en las figuras del sueño(8), Mayette Viltard afirma que Freud en su Traumdeutung, demuestra, primeramente, que el sueño debe ser leído como un rebús(9), y, posteriormente, precisará que debe leerse como una escritura ideográfica; es decir, tal y como se leen los jeroglíficos egipcios. El recorrido de esta autora por la obra freudiana, señala una evolución de la lectura del sueño que va desde el rebús(10)a la escritura, donde el trazo se lee como inscripción y soporte del significante. Freud lee el contenido del sueño como una escritura figurativa, donde los signos no son leídos según su valor de imagen, sino como signos o letras. Freud afirma que se ha cometido el error de leer el rebús meramente como un dibujo cuando es escritura gráfica. Al traducir las imágenes oníricas a signos, Freud deletrea el sueño.
El sueño es un sistema de escritura y no una lengua. La escritura se descifra y en el sueño este desciframiento es " en todo análoga al desciframiento de una escritura figural antigua como los jeroglíficos egipcios"(11). Parte de las dificultades del psicoanálisis para avanzar en esta lectura son de carácter lingüístico. En 1916, abandona el rebús, y toma los elementos del sueño como letras. El trabajo del sueño realiza una transcripción de los pensamientos oníricos. No se trata de una traducción palabra por palabra, ni signo por signo; tampoco de una relación con base a reglas determinadas como lo hacía la simbólica. Freud encuentra así, la dificultad de este funcionamiento del sueño como el funcionamiento de las letras. La letra es del orden del real, en el tríptico lacaniano, de lo Simbólico, Imaginario y Real (R.S.I). Por ello la definición de Lacan: "...la letra es la estructura esencialmente localizada del significante"(12). Asigna al significante un sitio, lugares que marcarán la itinerancia del sujeto. La interpretación deviene desciframiento cuando el analizante logra descifrar la letra del sueño.
Vamos nuevamente al texto de Freud:
"La multivocidad de diversos elementos del sueño halla su correspondiente en aquellos sistemas de escritura ,lo mismo que la omisión de diversas relaciones tanto en uno como en otro caso tienen que complementarse a partir del contexto".(13)
Freud indica que los dibujos del rebús no deben leerse en su valor de imagen sino como signos. La imagen deletreada se torna legible. La imagen se convierte en un obstáculo, pues podría el analista estar tentado a no ir más allá de las imágenes que se escuchan en el relato del analizante sin literalizar la letra del sueño. La figurabilidad del sueño debe leerse como un sistema de escritura, por ello Freud da, en el sueño, el mismo paso que Cahampollion: pasa el trazado en imágenes a una escritura jeroglífica. Aun cuando no contaba con los elementos lingüísticos necesarios, provee la posibilidad de distinguir las dos funciones, no separables, de la letra: como estructura y como soporte del significante. Freud "hizo entrar el funcionamiento del rebús en el interior de una escritura"(14)(15) y en su lectura puede encontrarse el señalamiento de la indeterminación significante, ya que definirá el sueño como una formación del inconsciente, análoga al chiste, por tanto portadoras de la dislocación del sentido.

LEER CON EL ESCRITO
Repitamos que hay una escritura en el habla, el analista escucha y lee allí a la letra. En el libro Letra por Letra(16), Jean Allouch emite dos afirmaciones que deseo retomar aquí. El hecho de que un analista cite a Freud y/o Lacan, no nos dice nada acerca de su operación de lectura. Por otra parte, sólo quien es capaz de leer su propia huella, puede pasar a "otra cosa"; es decir, reinscribir su destino, en un lugar distinto. La operación de lectura del analista y la lectura del sueño en particular permitirá al sujeto descifrar la letra que insiste en la cadena significante de sus dichos, una letra/carta (lettre) que sella su destino en la repetición que cautiva al sujeto del inconsciente, "representado por un significante ante otro significante"- tal como Lacan definió el sujeto-. La clínica abierta por Freud -nos dice Allouch- al otorgarle al sueño el valor de una formación literal, se define como una clínica del escrito. ¿Qué es una clínica de lo escrito? Una clínica de lo escrito implica, necesariamente, una operación de lectura y esta operación involucra el testimonio del analizante, en transferencia. Es por tanto, una clínica de la singularidad del caso.
En el texto "Función y campo de la palabra y del lenguaje en Psicoanálisis" al abordar el lugar del analista como descifrador del sueño, Lacan se pregunta: ¿Quién de entre nosotros, por lo demás, no sabe, por experiencia -y este es para nosotros el indicio de que lo es, en efecto-, cada sueño del paciente se interpreta como provocación, confesión larvada, o diversión, por su relación con el discurso analítico, y que a medida que progresa el análisis se reducen cada vez más a la función de elementos del diálogo que se realiza en él?(17) En el análisis la letra tiene por destino ser tomada al pie de la letra -afirma Lacan- , por tanto si el sueño es una escritura, es con el escrito que se accede a la literalidad de su lectura. La lectura del sueño será una lectura que se confía en su escrito(18). Leer con el escrito es la operación que pone al escrito, en relación con el escrito, y, para ello, es necesario recurrir a la transliteración. La transliteración es aquella a la que se apela cuanto más difiera lo que hay para leer, en su escritura, con el tipo de escritura que devendrá después de su lectura. La transliteración, entonces, se ajusta a la letra, ella da a la lectura el estatus de desciframiento, y nos plantea, la equivalencia entre lo cifrado y la operación de lectura. La traducción favorece al sentido, mientras que la transliteración regula el escrito con la letra.
Cuando Lacan aborda "La carta robada", en su doble acepción de lettre como letra y como carta, señala, no sólo una polisemia entre la carta y la letra, sino la forma en que el sujeto se constituye como destinatario de la letra. En "La subversión del sujeto y la dialéctica de su deseo", Lacan retoma este destino en la metáfora de un mensajero-esclavo, que lleva tatuado bajo su cabellera un codicilo donde se encuentra impreso el mensaje de su muerte.
Acordamos, con Alain Juranville(19) cuando afirma que "No tienen efectivamente destino sino aquellos que efectúan ellos mismos el acto de escribir". Una lectura que recurre a la letra cifrada para su escritura.
Aprender a leer esta letra tatuada es lo que permite decir a Jean Allouch que leer la huella es lo que permitiría al sujeto pasar a "otra cosa": escribir sus modos de relación con el Otro y su tachadura. La lectura permite escritura de la obra, una obra que no es escritura efectiva o alfabética. La obra de un sujeto fabrica su devenir en una inscripción distinta a aquella para la que estaba cifrado. Por ejemplo una mujer destinada a ser muy importante puede descubrir que lo importante es ser mujer. Me parece que esto es lo que Juranville acentúa cuando afirma que la lectura no es sin duelo y que la lectura permite "...inscribir el síntoma en la obra"(20) ¿Por qué insistir en que el analista debe aprender, en su análisis a leer? Qué la dirección misma de la cura analítica dependerá de la posición del analista respecto a la lectura. En El seminario 20 Lacan nos aclara: "... no se trata de lo que se lee, de lo que se lee más allá de lo que se ha incitado al sujeto a decir..."(21) No se trata de interpretar el sentido.
Más adelante agrega que de lo que se trata es de saber "...lo que en un discurso, se produce por efecto de lo escrito"(22). La preeminencia de lo escrito en la clínica debe situar la función de las lecturas, especialmente la advertencia de no "leer entre líneas- como leen los que saben- sino línea por línea"
El sueño escribe, tranlitera con figuras que se leen en su valor literal. El sueño cifra el análisis descifra. Para terminar, parafraseo a Lacan: lee la abeja que danza, lee el pájaro la tempestad, lo que supone un análisis es que el sujeto del inconsciente sabe leer al término de un análisis.
Leer no es sin duelo, sin conocer el límite de la significación del Otro, la renuncia a la preeminencia de lo imaginario o a lo interminable del deslizamiento de las cadenas significantes. Leer es saber que el Otro está castrado, aceptar la soledad de estar dividido en el ser. Leer parece lo inverso de escribir. El duelo es escritura de un fin, ello no es sin la muerte de un autor, sin desplegar el propio libro a la lectura, donde el síntoma de un sujeto pueda escribir una obra que pueda hacer suya.
Citas
1.Freud, S. (1900) La interpretación de los sueños. En : Obras Completas. Buenos Aires:Amorrortu.
2.Ibid. p.13.
3.Ibid. p.120, nota #3
4.Ibid. p.122
5.Freud, Sigmund. (1923) Observaciones sobre la teoría y la práctica de la interpretación de los sueños. En: Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu editores, p.114 [Destacado mío]
6.Lacan, Jacques. ( ) La instancia de la letra o la razón de Freud en el inconsciente. Escritos I , pág. 475
7.Freud, Sigmund. ( 1976) La interpretación de los sueños, p 285
8.Viltard, M (1988) "El Trazo de la letra en las figuras del sueño". En : La instancia de la letra. Argentina: Litoral.
9.En el texto "Función y Campo de la Palabra y del Lenguaje en Psicoanálisis", en la nota agregada a la página 257, Jacques Lacan presenta una nota omitida en "la interpretación de los sueños", en la edición Amorrortu, IV, p.285. "Los rebús son acertijos gráficos en los que,a partir del significante o del significado de los elementos icónicos o simbólicos, debe reconstruirse una frase. En las páginas de entretenimiento de las revistas ilustradas se los denomina en español -impropiamente- "jeroglíficos"[Traumdeutung,G.W.,II-III,p.284]
10.Rebús (Bilderratsel) enigma o adivinanza con imágenes. Jean Allouch, propone que "El procedimiento del rebús no es análogo sino idéntico al sueño" ( Letra por letra, pág. 21) 11.FREUD, Sigmund. ( ) El interés por el psicoanálisis. En: Obras Completas. Buenos Aires Amorrortu. Vol. XIII, p145
12."...designamos como letra ese soporte material que el discurso concreto toma del lenguaje" (...) "...lo que llamamos letra significante entra en el significado,a saber, la estructura esencialmente localizada del significante". En:"La Instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud". Escritos I , SigloXXI, México, 1987, páginas 475 y 481
13.FREUD, S (1913) El interés por el psicoanálisis, Vol. XIII, p.180
14.VILTARD, M (1988) Idem, p 153
15."Freud hizo entrar el funcionamiento del rebús en el interior de la escritura. Sobre la primera vertiente, el de la letra como estructura del significante, se podría facilitar la presentación , reunir lo que Freud precisó acerca del funcionamiento de la escritura jeroglífica en su desciframiento de los procesos Enststellung. Sobre la segunda, la letra como soporte del significante se podrían situar las dificultades que indica como aquella de la figurabilidad, rucksicht auf darstellbarkeit, pero es seguramente artificial separar estasdos vertientes ya operan simultáneamente" Viltad, M ( 1988) Idem, p 153
16.ALLOUCH, Jean. ( 1984) Letra por Letra. Traducir, Transcribir, Transliterar. Argentina:EDELP.
17.LACAN, Jacques. ( 1987) Función y campo de la Palabra y del Psicoanálisis". En: Escritos I , p.257/8
18.ALLOUCH, Jean, (1984)pag15
19.JURANVILLE, pág. 238
20.Idem, pág. 369
21.LACAN, Jacques. El seminario Libro 20, pág. 38.
22.LACAN, Jacques. El seminario. Libro 20,pag 45

DECODIFICACIÓN PSICO-BIOLÓGICA Y PSICOANÁLISIS: ¿QUÉ RELACIÓN?




 Había oído hablar en varias oportunidades de lo que denominan decodificación biológica o psicobiológica de enfermedades, y me había hecho una idea, un tanto vaga pero acertada, como he podido corroborar ahora que he investigado en qué consiste la misma, debido a de que una persona a la que estoy atendiendo ha hecho referencia a ella, asociando  dicho saber con el saber del psicoanálisis.

  

Además he podido encontrar en esta búsqueda de información, que la Ciencia la descalifica con términos como esoterismo o charlatanería. Efectivamente, en un artículo de los muchos que habrán en goggle sobre el tema,  se habla de ésta  bajo el título: “Los charlatanes de la “Descodificación Biológica de las Enfermedades” y la “Nueva Medicina”. Y comienzan ese artículo planteando lo siguiente:

“¿Qué me diría usted si le aseguro que la tendinitis que atenaza su hombro no es consecuencia de aquella caída en moto, sino de un sentimiento de culpabilidad por no considerarse una buena pareja? ¿Y si le aseguro que su cáncer de estómago proviene en realidad de un desengaño amoroso que no pudo digerir? A pesar de su primera impresión, no he fumado algo inconveniente. Muy al contrario, estos diagnósticos se los ofrezco aplicando la terapia alternativa conocida como “Descodificación biológica de las enfermedades. Ahí es nada”.


En primer lugar he de decir que seguramente esta teoría o método de curación no pretenda establecer esa relación causa efecto que las citas sugieren burlonamente  que hace,  y si así lo hiciera, desde el psicoanálisis no se está de acuerdo con la misma, ya que en cuestiones humanas, salvo corroboración científica "absoluta", se considera que la causa o causas de un malestar psiquico están  perdidas siempre, aún cuando biológicamente se haya podido determinar la supuesta causa, ya que una misma enfermedad tendrá diferente sentido, y será vivida por cada persona de manera diferente según su historia vital.Por lo tanto,  se considera que a la causa solamente se la puede suponer e inventar, puesto que  al ser sujetos de  lenguaje, definidos como tales solamente por el mismo, lo real, la cosa, nunca coincide biunívocamente con el nombre que la nombra.Hay que hacer de ella historia subjetiva más allá de la historia clínica..

 Y como además actualmente, las supuestas corroboraciones científicas,  y muy especialmente en el ámbito de lo  humano y de la psicología corrompida por el biologismo extermo, a   no me merecen la confianza  casi absoluta que antes sí les otorgaba, siempre  en muchos malestares psicológicos y  aún físicos tenderé a optar - salvo convicción racional  lograda por pruebas que considere fehacientes-, por considerar perdidas las causas de los mismos , centrando mi trabajo en  la construcción ficcional de las mismas.De eso va el psicoanálisis precisamente en el tratamiento de las llamadas de forma generalizadora, neurosis.. Por este hecho de ser marcados por el lenguaje, d eser  sujetos merced al  mismo, precisamente, es que  Lacan, contrariando a Saussure, rompe la unidad del signo entre significante y significado y establece como primordial el signficante y su concatenación con otros significantes para el encuentro del sentido del suejto, de sus diferentes malestares,dolores o enfermedades) .

Retomando el tema de la decodificación, diré que el  propio término fue por mi asociado  inmediatamente al hacer psicoanalítico, independientemente de la asociación realizada por la propia persona que atiendo, porque decodificar  es un término que puede sin lugar a dudas,  aplicarse efectivamente  a la tarea de un psicoanalista (ante una persona que está estructurada en una neurosis), ya que este trabaja con el lenguaje;  el código es simpre el del lenguaje, para Lacan el lugar del  “tesoro de los significantes”(*)  .En este sentido decodificación biológica podría leerse como decodificar lo que sucede en el cuerpo, en el ser biológico de la persona. Tenemos así, cuerpo ,y lenguaje que marca ese cuerpo.

(*)Se deben distinguir dos estados o funciones de la secuencia significante, (Lacan : la del discurso común y la del discurso universal o cadena significante2. El discurso concreto universal o cadena significante es el stock o material preexistente  del que el sujeto extrae el material con el que constituye su discurso individual; es la existencia del sinnúmero de significantes que, en el momento en que es alcanzado por el discurso individual concreto, se hace representante del lugar del código. Por discurso individual concreto Lacan se refiere al discurso del sujeto que se sostiene en el significado, desconociendo la función significante de la que está suspendido y que loconstituye. Lacan lo llama racional o vacío”. 


 




En el diccionario decodificar es: aplicar las reglas adecuadas a un mensaje que ha sido emitido en un sistema de signos determinado para entenderlo.
 
Mientras que codificar es transformar un mensaje mediante las reglas de un código.
Obviamente Sin “la clave”, o “las claves “no puede decodificarse el mensaje: No en vano en este sentido, la persona en atención dice que lo que le sucede en el cuerpo es como un jeroglífico… del que por lo tanto, habremos de encontrar juntas las claves para poder leerlo y entenderlo.Freud también hablaba de buscar las palabras claves para descifrar el  sentido del síntoma y del sueño.

Como sujetos “de” y “al” lenguaje todos codificamos, unos más otros menos, dependiendo de diversas circunstancias, sobre todo de que quien nos educa sea capaz de trasmitirnos la función que determinara nuestra capacidad y predisposición o no, a codificar. Y codificamos en primer lugar  el cuerpo, lo que nos sucede en el mismo, ya que transformamos las experiencias-mensajes corporales de dolor y placer en otro mensaje hecho de otra textura que la corporal; la lenguajera.En realidad es el Otro quien nos codifica en primera instancia  porque  al  hacer una lectura, una interpretación solo posible mediante el lenguaje obviamente, de ese efecto o suceso que tiene lugar en el cuerpo, está  así signando, significando, codificando y  especialmente escribiendo  o inscribiendo dicha experiencia, conectando así lo real del cuerpo a lo simbólico.


Y la primer codificación- como todas las demás - es siempre inventada,  ya que  la madre como primer gran Otro interpreta según su propio código -que habrá de ser el socialmente compartido para evitar la posible psicosis del nuevo ser- lo que le sucede a su bebé cada vez que llora.Cuando digo inventada quiero decir que no puede asegurarse con total certeza que efectivamente lo que le sucede al bebé en su cuerpo sea, y menos de forma exacta,  lo que dice la madre que le sucede.No hay correspondencia exacta, valga la redundancia, biunivoca entre significado y significante como dice Lacan., pero el invento para preservar el principio de realidad ha de  estar acotado por las  leyes convencionales del lenguaje.Con esto quiero decir que una madre que interprete sistemáticamente, y casi diríamos de manera delirante, que al bebé le sucede algo que no le sucede, por ejemplo que le duele la cabeza cuando no le duele nada, o le duele la barriga,o que niegue que le duela algo cuando efectivamente algo le duele o le produce simplemente displacer,  y se empeñe en paliar o no ese dolor , negando o desconociendo la realidad corporal “real”del ser que tiene a su cargo, debido seguramente a  en una indiscriminación patológica con el bebé, estará generando patología en el niño.

 En este sentido, recuerdo un caso de psicosis infantil, en que el niño precisamente se tocaba el estómago diciendo que le dolía la cabeza, y al ser interrogado, ya que la cabeza obviamente no está ubicada en el abdomen, respondió que la cabeza que ahí le dolía era la de su madre... Obviamente que estos desencuentros tan   marcados no sobrevienen con tanta habituaidad, las madres son capaces de leer y escribir en la psiquis del niño  palabras que nombran de forma bastante fiel lo que les sucede, pero aún así  se producen desencuentros en diferentes niveles precisamente por esta imposibilidad estructural de que el lenguaje nombre de forma precisa- justa la experiencia, siempre habrá un desplazamiento o metonimia  que da cuenta de la imposibilidad de la identidad  entre significante y significado salvo en el signo entendido como unidad.

 Y por esto,  fundamentalmente en los primeros días de vida de un bebé, y los primeros meses, pueden llegar a ser mayores los  desencuentros  que los encuentros, dependiendo de la capacidad de la madre de decodificar  (transformar en significantes)con mayor o menos acierto, los signos que le llegan de su bebe..Si llora porque tiene dolor de oídos y la madre interpreta que es hambre sin rectificar estaremos en problemas, y si sigue sin poder rectificar aun mas porque las acciones que realizaran supuestamente para calmar al infans serán  inoperantes, lo cual causará ansiedad catastrófica en el bebé. Un tipo de ansiedad que estudia de manera formidable el psicoanalista y pediatra Donald Winnicott  y  que trasmite en sus maravilloos libros., especialmente en “El proceso de maduración y el ambiente facilitador”.

En este sentido, son asimismo  muy interesantes los trabajos que con la finalidad de  realizar Prevención en Salud Mental  se han realizado en psicoanálisis,  y que sirven a la llamada Interacción temprana,  los cuales tienen como  objetivo precisamente  prevenir los desencuentros que habitualmente se denominarían de comunicación en el vínculo temprano “madre-bebe”(lo pongo entre comillas y con guión porque no hay aún en el psiquismo del bebé un yo diferenciado de la madre o del de la madre, el bebé es la madre o quien haga su función, es lo que ella haga con él y diga que él es;  esa es la violencia necesaria del Otro sobre el sujeto para su constitución como tal, violencia constitutiva , que trabaja tan bien la excelente la psicoanalista Piera Aulagnier en sus libros, fundamentalmente en  “La violencia de la interpretación” )

 Estudios  de las  sincronías madre –bebé pues de que  precisamente hayan  más encuentros o coincidencias  que desencuentros en la comunicación inicial entre ambos, dependerá la salud psíquica del niño. Cuanto más capaz sea la madre de nombrar las necesidades del bebé con el término que culturalmente se ha acordado o convenido (ya que el lenguaje es un sistema de signos convencional)para ello, y de responder para satisfacer dicha necesidad,o solucionar el desequilibrio que se produce , mas sano será eldesarrollo inical de ese bebé, ya que la función importantísima y maravillosa, poco conocida y nada valorada en esta sociedad, que quien cumple la función madre está haciendo, es la de  ayudar al bebé a ir poco a poco logrando una integración cuerpo-psiquis(lenguaje)la cual permite los primeros esbozos de la  construcción del yo.En ese sentido es que el citado psicoanalista Donald Winnicott va a hablar del  concepto o función de  “madre suficientemente buena”  que será aquella capaz de nombrar adecuadamente lo que le sucede al bebé y así organizar y solucionar la situación de dolor o malestar  (hambre, frío, necesidad de contacto, etc.) que le genera  ansiedad al pequeño.


Muchas veces las madres encuentran disficultades para llevar a cabo este proceso   por alguna problematica  un duelo de la madre en el momento del nacimiento del bebé,  el rechazo al mismo, por diversos motivos, o por un problema de salud mental materno que es en general el factor que habitualmente  más determina estos desencuentros y los de mayor gravedad.

El tema central en este proceso de codificación es que el mismo es inconsciente,es el que origina el inconsciente  y la represión primaria, y cen ese proceso  las representaciones cosas y las representaciones palabras no se corresponden una a una, sino que vía la metáfora y la metonimia  cada una se pierde de la otra para desplazar se carga energética en otra  menos conflictiva para al conciencia,  alejada de la originaria.

Pongamos por ejemplo, a  un bebé que comienza a tener problemas y dolores digestivos recurrentes,  coincidiendo con la vuelta de la madre al trabajo, y que que mejoran cuando la madre está tiempo con él en la casa. Seguramente será tratado por dicho problema y logrará aparentemente superarlo, Pero puede suceder que en determinado momento de su vida adulta, por ejemplo ante una separación de una pareja ese dolor retorne. 

En la primera experiencia se habrá codificado algo así: el dolor de la separación es igual a dolor de estómago o un problema de digestión, la falta/muerte simbólica  del objeto materno, y el dolor que eso produce queda registrada , codificada en significantes, escritura del cuerpo sobre el propio cuerpo, como dolor de estómago y problemas para hacer la digestión; , por lo tanto leyendo podríamos decir que  digerir la experiencia de la pérdida materna, aceptarla es difícil, imposible, dolorosa para este sujeto, y si bien;no entraremos en los detalles de porque se expresa así y no de otra forma , ya que es un ejemplo clínico inventado en este momento, podemos decir que la misma se expresa a nivel oral sobretodo, porque el bebé tenia un goce preponderante y sin falta hasta es momento, con el objeto libidinal pecho materno.

 Pongamos que en  un determinado  momento de la vida adulta de este entonces infans, el sujeto se ve enfrentado a una separación de pareja y  comienza a padecer  de un dolor de estómago o de una enfermedad crónica en el mismo, o un cáncer, por retomar el ejemplo del comienzo. El impacto de una separación muy bien puede ser registrada en el cuerpo como una muerte, un cáncer, de hecho sucede muy a menudo que quienes enferman del mismo lo hacen tras muertes de personas queridas en muchos casos.Por lo cual más allá de la diposición genética que obviamente cuenta en toda enfermedad, está la  predisposición de la forma de goce y de nombrar, o no ser capaz de nombrar ese goce,  y el de  los límites estructurales del nombramiento posible de todo goce.

Seguramente, como sucede habitualmente  la persona no recuerda o dice no saber nada  de sus problemas infantiles de estómago y esta experiencia se le presenta como si se tratara de una primera vez.Sin embargo , hablando con una psicoanalista,empezará a asociar, a seguir una red significante que el mismo ira a la vez construyendo   en las sesiones, hasta dar con alguna claves que le permitirán elucidar algo de ese síntoma, del porque del mismo, de su origen etc. Ira decodificando, leyendo y reescribiendo el síntoma, apoyado en la suposición de saber transferencial y en la interpretación del analista.

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La decodificación o intepretación deberá ir en el sentido opuesto al de la represión primaria constitutiva,  a intentar, el llamado por Freud levantamiento de la misma.

 Otro ejemplo,  un bebé que llora mucho una madre puede decir: es un quejica, que  siempre está llorando, siempre tiene algo, otra dirá que no entiende que le sucede, si parece estar todo bie: si  ya le ha dado de mamar, si  está limpio,  ha corroborado que nada el duele, etc y se sentirá preocupada pudiendo decir: pobrecito mi niño, ¿qué le sucede?,. así las palabras maternas nombran la experiencia de llanto del niño de manera diferente de acuerdo al goce y malestar que esto y el propio hijo en tanto tal en su deseo,  produce en la madre. Y van creando una modalidad de vínculo donde estando siempre presente ambos , primará o  Eros o Thánatos.Esas palabras dichas por la madre serán reprimidas , es decir  transformadas o convertidas en  inconscientes ;  no las palabras en sí mismas,  ya que todos sabemos que muchas veces los chicos y sus padres repiten ya de mayorcitos,  el  que son iguales al padre o a la madre en tal o cual rasgo de carácter o conducta apropiada o sintomática.Lo que se reprime no es la idea-representación o significante , sino el afecto vinculado a ella.

 Asi en el ejemplo que ponía, el niño podrá incluso autodefinirse  como un quejica y seguir parte de su vida con esa excesiva predisposición a llorar o quejarse demasiado por cualquier dolor, o cuando la misma no este presente, a retomarla en algún momento de su vida  en la cual algún acontecimiento vital recatualice el trauma. Pero de lo que el sujeto no tiene conciencia es de la traducción que ese ser quejica (nombre propio pero del Otro) que él  puede tanto rechazar como aceptar, tiene en el goce del  Otro, o sea de la madre, que así nombro su sufrimiento. Solamente decodificando el "quejica" , leyendo el papel que ese nombe ha tenido en la construcción de su historia y su modo de gozar llegará a poder saber de si mismo y transformar su relación con ese goce pulsional. Pulsión entonces, y significante, cuerpo y código lenguajero, y luego letra  para descifrar y luego deletrear el síntoma.


Ahora dejando en suspenso  el tema de los orígenes de los procesos de codificación, y retomando el tema de la misma en gral, puede asimilarse a una parte del trabajo  que hace el analista con el o los síntomas como construcción simbólica (además de imaginaria y especialmente la real, trabajo que también habrá de hacer ) que es para el psicoanálisis, al trabajo con el sueño, en esa doble vertiente que Freud nos propone para la formación e interpretación del mismo. Freud dice que en el soñante  el trabajo de sueño supone transformar el contenido manifiesto en contenido latente, y el analista en su interpretación necesita hacer la operación opuesta: encontrar el sentido latente que se oculta o disfraza en el contenido manifiesto. 



 
 





   











Y para adentrase en el tema de la decodificación del síntoma hay que pasar si o si por “La interpretación de los sueños”, que aunque larga, es gozosa y llena de maravillosas sorpresas, algunas ya sabidas y redescubiertas..
Pero el síntoma es además de palabra o signficantes  un modo de goce, el modo en que cada sujeto goza del inconsciente, ¿qué hacer con este goce? Supuestamente en tanto signficante, el síntoma es algo a descifrar por parte del analista, y en este punto se pone en juego la interpretación analítica; este trabajo de desciframiento del inconsciente conlleva, a su vez, un goce, un goce que Lacan llamó «el goce del sentido», es decir, que el sujeto goza de descifrar, de dar sentido a sus palabras. En última instancia, todos los sujetos gozamos de hablar; hay un goce implícito en los efectos de sentido, en darle sentido a las cosas: es lo que Lacan llamó el «sentido gozado».Pero habrá que ir más alla del sentido o del la decodificación,no sin pasar por ella.

“... el síntoma histérico muestra la estructura de un lenguaje y se descifra como una inscripción que, una vez recogida, puede sin pérdida grave ser destruida”(Lacan, J.; 1953)

El síntoma es lo más particularque cada uno tiene y, por otra parte, lo más real” (Soler, C.)

“Lacan afirma que “la estructura de una neurosis es esencialmente una pregunta”, en la cual “cualesquiera sean sus cualidades, su naturaleza, el material del que han sido tomados, (los síntomas) cobran valor de formulación, de reformulación, de insistencia inclusive, de esa pregunta... no son sino unmaterial, indudablemente favorable, que utiliza el sujeto para expresar su pregunta”. ¿Y cuál es esa pregunta? “¿Quién soy?¿Soy? ¿Soy un hombre o una mujer? ¿Soy capaz de engendrar? ¿Qué es ser una mujer?”, etc., son las variantes histéricas de esainterrogación subjetiva; en tanto que los i nterrogantes por elpropio ser, la vida, la muerte, etc., son las variantes obsesivas, ese dialecto de la histeria. Preguntas por la sexualidad, por el
deseo, por la vida, la muerte, el nacimiento, el propio ser: eternas preguntas que ningún ser humano, en tanto humano, puede dejar de plantearse, sin poder responder plenamente a ellas, ya que hay allí “algo radicalmente inasimilable al significante ... el significante es incapaz de darles respuesta”(Lacan, J.; 1955). Tampo-co puede hacerlo el psicoanálisis, obviamente; éste sólo se propone lograr que el sujeto pueda sostener sus interrogantes, produciendo respuestas siempre insatisfactorias, pero sin tener que ocluirlos con sus síntomas.” De “El síntoma en la clínica psicoanalítica”B. Miguel Leivi en apdeba.org.




Este punto TRANSCRIBO  defromaintegra el siguiente trabajo:

La Carta 52 , JOSÉ CUELI  que está en: jornadaunam.mx


  Y SUGIERO LEER  OTROS TRABAJOS COMO:  “LA TRADUCCIÓN Y EL TRABAJO DEL ANALISTA “ DE NORMA FERRARI en al revista Acheronta 12 ,( está en goggle).

La Carta 52 nos plantea tres términos esenciales sobre los cuales reflexionar: transcripción, traducción y transliteración. Sigmund Freud, al encaminar sus pasos al desciframiento de los sueños y del inconsciente, bien sabía que el acento debía ser puesto en la escritura y que el sicoanálisis era la posibilidad del sujeto de salir de su alienación, de ''pasar a otra cosa".
Se internaba por la enigmática senda de la relación del sujeto con su alteridad y, como cita al final de la Carta 52, con aquel otro prehistórico inolvidable a quien ninguno posterior iguala. El sujeto y su alteridad, Allouch, aquello a lo que responde su síntoma (neurosis), a veces aquello a lo que responde en su existencia (sicosis) o en su carne (enfermedades orgánicas).
Cuando Freud decide otorgarle al sueño el valor de una formación literal, instaura la clínica de lo escrito y esto es un hecho decisivo en el sicoanálisis. Se inaugura con ello una clínica analítica que no ha sido lo suficientemente explorada y, por tanto, poco cultivada.
Allouch reflexiona al respecto y se pregunta qué quiere decir una clínica de lo escrito. No basta con haber singularizado así la clínica sicoanalítica, surgen cierto número de cuestiones que resulta extraño que no hayan sido abordadas con anterioridad. Vayamos a la primera: si un sueño debe ser tomado como un texto, ¿en qué consiste el hecho de leerlo? Y en una forma más general, si el sicoanálisis opera a partir del hecho de que basta que un ser puede leer su huella, para que pueda reinscribirse en un lugar distinto de aquel de donde la ha tomado (Lacan, 1969); ¿qué se necesita que sea esa lectura para que se produzca, sin otra intervención, una reinscripción del ser hablante en un lugar distinto? A este respecto, Allouch sugiere consultar a Lacan, Lacan con Freud, ya que es efectivamente como lector de Freud que Lacan se posicionó ''y por haberse enganchado a la letra de Freud su 'retorno a Freud' pudo ser reconocido como efectivamente freudiano".
Lacan lee con el escrito; y una clínica del escrito revela así ser una clínica donde la lectura se confía al escrito, se deja engañar por el escrito, acepta dejar que el escrito la maneje a su antojo.
La transliteración interviene en la lectura al enlazar el escrito a lo escrito, da así su alcance a lo que se admite generalmente como la secundariedad de lo escrito; la palabra es sólo la secuela de la secundariedad fundamental de lo escrito con respecto a sí mismo, pues, ¿por qué imaginar menos presencia en esta secundariedad cuando basta con admitir que es adyacente a ella otro modo de presencia? La transliteración es una operación a la que se apela tanto más cuanto más difiere lo que hay para leer, en su escritura, del tipo de escritura con la cual se constituirá la lectura. Sabremos après coup si esta lectura literal habrá sido efectivamente eso.
Escribir lo escrito es cifrarlo y esta forma de leer con el escrito es designada como un desciframiento. Allouch dice al respecto: ''la referencia de Freud a Champollion para la interpretación de los sueños, pero también, y de manera más general, para el análisis de toda formación de lo inconsciente, la nominación por Lacan de estas formaciones como cifrados ('cifrado inconsciente') ¿confirmarían la revelación de cierta forma de lectura para el psicoanálisis? ¿confluirían con el privilegio otorgado en el psicoanálisis freudiano a cierto tipo de lectura tal como su localización se había revelado a Lacan?"
La transliteración revela estar articulada con otras dos operaciones que son la traducción (del registro de lo imaginario) y la transcripción (operación real). Así la cuestión de los diferentes tipos de lectura encontró su formulación al construirse como la cuestión de los diversos modos posibles de estas tres operaciones.
Allouch puntualiza: escribir se llama transcribir, cuando el escrito se ajusta al sonido; traducir, cuando se ajusta al sentido, y transliterar cuando se ajusta a la letra.



SI LES  INTERESA EL TEMA DE LA ESCRITURA Y EL SUEÑO recomiendo un hermoso y profundo  trabajo que  dejo a vuestra disposición en la siguiente entrada del blog:   EL SUEÑO DE LA LETRA, de Ginette Barrantes.

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Y para finalizar este artículo me viene  a la mente y yo obedezco, compartirles el bello-sabio poema de Baudelaire, que tuve que aprenderme hace ya mucho tiempo, en el Bachillerato, de memoria y en francés; recitarlo   y aún  más escucharlo en francés  para mi fue y sigue siendo una gozada!!!


Por Charles Baudelaire
Las Flores del Mal,

Correspondances
La Nature est un temple où de vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles;
L'homme y passe à travers des forêts de symboles
Qui l'observent avec des regards familiers.

Comme de longs échos qui de loin se confondent
Dans une ténébreuse et profonde unité,
Vaste comme la nuit et comme la clarté,
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent.
II est des parfums frais comme des chairs d'enfants,
Doux comme les hautbois, verts comme les prairies,
— Et d'autres, corrompus, riches et triomphants,

Ayant l'expansion des choses infinies,
Comme l'ambre, le musc, le benjoin et l'encens,
Qui chantent les transports de l'esprit et des sens.





CORRESPONDENCIAS

La natura es un templo donde vivos pilares
dejan salir a veces sus confusas palabras;
por allí pasa el hombre entre bosques de símbolos
que lo observan atentos con familiar mirada.

Como muy largos ecos de lejos confundidos
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche, como la claridad,
perfumes y colores y sones se responden.

Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces como el oboe, verdes como praderas,
y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,

que la expansión poseen de cosas infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del alma y los sentidos.